lunes, 26 de enero de 2009

De las sabiduria de los pasos tranquilos

Una noche como muchas me salí a buscar, era imprescindible encontrar algo, caminaba y escuchaba mis pasos en la noche, la deliciosa y siempre fria brisa del puente Zaragoza del Rio Santa Catarina, acariciaban mis ideas, refrescaban mis ansias y me volvían a pensar en el por qué de tantas cosas.

No de las triviales, de las que definen las esencias de los seres humanos, de las que logran dejar huella en los demás como simbolo inequivoco de un paso exitoso por éste mundo, me preguntaba por que deje de escribir, porque tener esperanza o de porque tenia esa cara de idiota mirando el cause casi vacio de un río que fue vida y ahora sólo era el reflejo de la lástima.

Sin duda que la vida a veces nos vuelve sabios, de amar a lo que no tenemos, de luchar por ser alguien, de luchar porque no podemos admitir la derrota, de ser nosotros mismos y enfrentarnos a las modas, a las mayorias, a las tendencias compradas en aparadores caros, a cultivarnos aunque nadie disfrute de la cosecha.

Sin duda que la vida me devuelve a mi, mis pasos regresan cada vez a mis antiguos senderos, aquellos que por mas trillados me conducen a mi esencia, la que algunas vez perdí en un campo con flores, con arcoiris, con nubes de colores. Amo tanto las lunas de enero, porque me recuerdan que los poetas no se hacen en un día, que como dice el maestro Genaro Patraca: "Poeta me quiero, y Poeta te quiero, si la poesía eres tú". Redundo a mi mismo y llego a ti, como una broma del destino, pero ya no me molesta, ni me hiere, me hace mas sabio, nutre el poema de mi vida.

Caminando aprendí que aunque tus pasos suenen, no por necesidad llaman la atención y que aunque vayas por la dirección correcta a veces hay letreros que nos distraen, que es mejor llevar suelas resistentes, pero mejor aún un corazón impermeable, para esas tardes lluviosas y nubladas en los que matarias por una chimenea, un chocolate caliente y una agradable compañia.

Volando aprendí que surcar el cielo es maravilloso, pero entendí, porque aquel celebre hombre, besaba la tierra a la que llegaba, como muestra de amor y cariño, pero seguramente también agredeciendo al Todopoderoso (no me refiero al 'batuta' de rudo y cursi), llevarlo hasta allá porque que mejor lugar escogería para el, aprendí que el cielo es un magnifico sitio, pero no es un hogar y que pasados los tiempos de sabiduría vienen los tiempos de felicidad, donde después de tener el mundo en tus manos, aprendes el tierno gozo de las cosas sencillas.

Soñando aprendí a tener Fe, a confiar en que las cosas suceden por una razón, que a pesar de mis pesadillas de la vida diaría en mis sueños siempre te veo. Aprendí a darle gracias a Dios por despertar y por tener la oportunidad de nacer de nuevo a pesar de los pesares que creemos nos atan a la realidad y nos impiden soñar a gusto.

Escribiendo entendí porque amaba y porque no podía dejar de hacerlo... como dice la canción de un hombre que te arranca una lagrima y una sonrisa en el mismo minuto como lo es Facundo Cabral, "El Amor nunca se muere, solo cambia de lugar", y hoy a pesar de ser demasiado tarde, me digno en compartir una pieza de la sabiduria de éstos dias,y que cada vez me siento mas yo mismo, no bueno, ni malo simplemente otro común y corriente ser humano